¿Quién se está acabando el planeta?

El pasado 2 de agosto de 2023 fue el Día del Sobregiro de la Tierra. Esta fecha marca el día en que la humanidad sobrepasa la capacidad del planeta para regenerar todos los recursos naturales que utilizamos para su procesamiento industrial y entra en déficit ecológico. Es decir, a partir de esta fecha estaremos agotando los recursos naturales del planeta.
6 Sep, 2023

La idea detrás del presupuesto ecológico es el cálculo de la cantidad de recursos naturales que provee el planeta y dividirlos en 365 días del año. Un consumo responsable implicaría llegar al 31 de diciembre sin acabarse el presupuesto. Por supuesto que lo deseable sería nunca sobrepasar el presupuesto ecológico; nunca llegar a los números rojos.

No obstante, año tras año esta fecha se ha ido recorriendo. De acuerdo con Global Carbon Footprint Network, hasta 1971, la humanidad no agotaba el presupuesto ecológico. Pero a partir de esa fecha en adelante, cada año se ha ido acelerando el proceso de agotamiento del presupuesto. Para 1974, se agotaba el presupuesto el 1 de diciembre. Para 1998 llegamos al 1 de octubre y así nos vamos acelerando el agotamiento hasta que, en 2017, la fecha se recorrió al 2 de agosto, en 2019 al 29 de julio y ahora 2 de agosto.

El desarrollo sostenible que no llega

En 1987, en el Reporte Nuestro Futuro Común de las Naciones Unidas, se define desarrollo sostenible como “la satisfacción de las necesidades de la generación presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades”.

Sin embargo, detrás de la gran retórica sustentable, para los grandes discursos y las grandes promesas de sostenibilidad, más de 30 años de declaraciones, días de la Tierra, conferencias, objetivos del milenio, objetivos de desarrollo sostenible y un largo etcétera, el presupuesto ecológico de la Tierra se acelera año tras año y lo único hasta ahora que lo ha logrado frenar es una pandemia.

Esto básicamente quiere decir que el desarrollo sostenible no existe más que como una idea. Clara y contundentemente estamos comprometiendo la capacidad de generaciones futuras, e incluso de éstas, del poder satisfacer sus necesidades y disfrutar de los recursos que provee la Tierra. Como bien se dice: los hechos hablan más claro que las palabras.

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